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“Una Corte de puertas abiertas para el pueblo”: Hugo Aguilar 

Durante la instalación de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resonaron consignas que vinieron de diversos rincones de México. “Nunca más un México sin los pueblos indígenas”, se exigió.

Texto: Kau Sirenio

Fotos: Paulina Bermudes

Frente a los representantes de los poderes Legislativo y Ejecutivo, el presidente de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación, Hugo Aguilar Ortiz, anticipó lo que será en lo sucesivo el poder Judicial. “Se trata de pasar de una justicia de puertas cerradas, elitista, lenta y excluyente, a una de puertas abiertas, accesible, cercana al pueblo, plural, transparente, eficiente y sin privilegios”, sentenció.
En la sede del máximo tribunal del país de la calle Pino Suárez número 2 del centro histórico de la Ciudad de México, Aguilar también relacionó lo ocurrido hace dos siglos en el país, con el cambio que se vive ahora en materia de justicia, a raíz de la reforma judicial promovida por la llamada Cuarta Transformación.

“Hace 210 años, en Ario de Rosales, Michoacán, se instalaba el Supremo Tribunal de Justicia para la América Mexicana, fruto de la Constitución de Apatzingán de 1814, primer documento en que la insurgencia buscaba la independencia de lo que ahora es esta gran nación”, refirió a manera de entrada.

Agrego: “Este acto simbólico, efectuado el 15 de marzo de 1815, expresaba el hartazgo sobre el régimen colonial y particularmente, ante un sistema de justicia desigual, excluyente, arbitrario, de abusos y al servicio de la nobleza y los sectores privilegiados de la época”.

Sostuvo que a doscientos diez años de ese hecho histórico, el mismo hartazgo llevó a la refundación que ahora vive el país al  poner los cimientos del cambio total apostando a una justicia real y verdadera.

Criticó al tribunal del pasado: “En la actual etapa histórica de México ocurrió una situación similar en los órganos jurisdiccionales, donde tampoco pudo autorregularse ni sanearse, por lo que fue necesaria la reforma judicial para aspirar a un cambio profundo, real y verdadero. Por eso, es posible hablar de la refundación del Poder Judicial. Como al final de La Colonia, hoy el cambio se nutre con el deseo de poner fin a las injusticias”.

En esa línea discursiva, citó que José María Morelos y Pavón “surgió fuerte, claro y visionario. En los Sentimientos de la Nación, Morelos postuló: ‘La soberanía dimana inmediatamente del pueblo, el que solo quiere depositarla en sus representantes, dividiendo los poderes de ella en Legislativo, Ejecutivo y Judicial’”.

Y remató con la consigna principal de Morelos en los Sentimientos de la Nación: “Que todo aquel que se queje con justicia tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo proteja contra el fuerte y el arbitrario”. 

Plan de Austeridad

Aguilar Ortiz dijo que es momento de implementar el plan de austeridad que contemple los siguientes aspectos: “Tan pronto se constituya el Órgano de Administración Judicial, la Suprema Corte le solicitará que implemente las medidas necesarias para que todos los juzgadores electos en el pasado proceso electoral ganemos menos que la presidenta de la República, conforme a lo dispuesto por el artículo 127 de la Constitución General, fracción tercera, lo que permitirá de inicio un ahorro anual de 300 millones de pesos.

Llamó a todos a estar atentos a cuando inicie el proceso de diálogo, para que solucione los “juicios interpuestos por un gran número de funcionarios judiciales que ganan más que la presidenta, hasta ajustar a todos y todas a las remuneraciones cumpliendo el mandato constitucional”.

Explicó que con esta medida se busca ahorrar alrededor de 800 millones de pesos al año. “Desde esta presidencia de la Suprema Corte, solicitaré la revisión de las remuneraciones que reciben todos los ministros y ministras en retiro para que se ajusten a la Constitución General”.

Anunció que los nuevos ministros y ministras recibirán servicios médicos del Instituto de Seguridad y Servicio Social de los Trabajadores del Estado (ISSSTE. 

Se comprometió a impulsar una justicia pluricultural, humanista, a hacer realidad una justicia ambiental y favorable con los derechos económicos, sociales y culturales. 

Señaló que la austeridad no implica recortar la calidad de la justicia ni condenar a los tribunales a la precariedad. “Austeridad significa erradicar el dispendio, los privilegios indebidos y el nepotismo, para que cada recurso público se destine ahí donde más se necesita: a fortalecer juzgados, modernizar procesos, capacitar personal y garantizar que la justicia llegue muy, muy lejos”. 

Durante la instalación de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resonaron consignas que vinieron de diversos rincones de México. “Nunca más un México sin los pueblos indígenas”, se exigió.

Del lado de los campesinos de San Salvador Atengo surgió otra voz que retumbó en el zócalo de la Ciudad de México: “Hugo, hermano, Atenco te da la mano”.

En la carpa instalada en el corazón político de México suena la música que entonan las distintas orquestas filarmónicas traídas desde Oaxaca. Y los pueblos indígenas y afromexicanos repiten una y otra vez las arengas. Para ellos es un acto de justicia que un tercer indígena presida la SCJN: Benito Juárez García, Ignacio Manuel Altamirano lo fueron el siglo XIX.

La ceremonia se transmite a través del canal de Justicia TV-Plural en cuatro lenguas indígenas: náhuatl, chinanteco, tzotzil y purépecha.

En 2001, cuando la Corte desechó la controversia constitucional que los ayuntamientos con población indígena presentaron en contra de la reforma foxista, el fallecido líder indígena del Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena y Popular, Gaudencio Mejía dijo en una entrevista a los medios de comunicación: “Somos pueblos indígenas sin Estado, porque la última esperanza estaba en la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.

Ahora, los pueblos indígenas tienen una corte que los escuche y los ampare en contra del arbitrario. Así como lo dijo el ministro ñuu savi en la sesión solemne a media noche de 1 de septiembre de  este año. 

Por eso, la instalación de la nueva SCJN fue día de fiesta para los pueblos olvidados que ahora llegaron hasta ese lugar para gritarle al mundo que la resistencia continúa y la lucha sigue.

Desde el corazón de poder político del país, tierra mancillada por los españoles y frente a la réplica de  Coyolxauhqui, Piedra del Sol, Coatlicue, Tlaltecuhtli y  Teocalli el ministro ñuu savi Hugo Aguilar Ortiz se comprometió a que habrá una justicia que defienda a los que no pueden defenderse.

“En los pueblos y las comunidades indígenas, el bastón de mando significa encabezar los trabajos, ser padre y madre del pueblo, tener la confianza de grandes, de jóvenes, de niños, de ancianos, de que quien toma el bastón de mando lo va a cuidar”, soltó ante un publico que repetía: “Presidente. Presidente. Presidente”.

El encuentro con los pueblos inició con la ceremonia tradicional de purificación a cargo de las médicas y médicos tradicionales Teresa de Jesús Ríos, del pueblo Ha shuta Enima (Mazateco); Ernestina Ortiz Peña, del pueblo Hñahñu (Otomí); María de Lourdes Jiménez, del pueblo Ñuu Savi (Mixteco); Yolanda Bautista Hernández, del pueblo Binnizá (Zapoteca); Mario de Jesús, caracolero del pueblo jñatrjo (Mazahua), y Ramón González Carrillo, del pueblo Wixárika. 

Después, vino la entrega de bastones de mando y servicio a las ministras y los ministros entrantes de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación: Hugo Aguilar Ortiz, Lenia Batres Guadarrama, Yasmín Esquivel Mossa, Loretta Ortiz Ahlf, María Estela Ríos González, Sara Irene Herrerías Guerra, Giovanni Azael Figueroa Mejía e Irving Espinosa Betanzo.

El ministro presidente recibió el bastón en representación del ministro Arístides Rodrigo Guerrero García, quien no llegó a la ceremonia por cuestiones de salud. 

En su intervención, Aguilar Ortiz remarcó la importancia del bastón de mando. “Quiero decirles a todos y a todas que en el recorrido por el país, todos los pueblos tienen este símbolo importante de servicio y del poder. Y aquí quiero permitirme hacer una puntualización: el Bastón de Mando o de Servicio imprime un sello peculiar al don y la selección del servicio”, explicó.

Esto provocó que los asambleístas  vitorearan al ministro presidente de la SCJN, y los aplausos no se hicieron esperar. La felicidad impregnó los rostros de personas que llegaron al acto lleno de simbolismo de pueblos y comunidades indígenas de México.

Hugo Aguilar añadió: “Desde la llegada de los españoles, declararon estas tierras prácticamente inhabitables. Se dijo en aquella época que los indios no teníamos alma y, por lo tanto, no teníamos condición jurídica para que actuáramos en la vida pública”.

“Y sobre esa misma base se nos quitó tierras, se nos quitaron aguas, abusaron de nuestras hermanas, mataron a nuestros hermanos. Aun en el México independiente, nuestra condición no cambió. En la Constitución del 24, a pesar de que nuestros hermanos, nuestros padres, nuestros abuelos, participaron en la Guerra de Independencia, no fuimos incluidos en aquella Constitución; tampoco en la  de 1857″, reclamó.

Luego remarcó: “Por el contrario, se hicieron normas que ponían en riesgo nuestras tierras comunales. Tampoco fuimos incluidos en la Constitución del 1917. Y hago esta breve remembranza solo para que todos tengamos presente la enorme trascendencia que tuvo la reforma constitucional sobre Derecho de los Pueblos Indígenas, publicada el 30 de septiembre de 2024, que reconoce a nuestras comunidades y pueblos como sujetos de derecho público”.

Hugo Aguilar recordó que en 2001, los pueblos indígenas llegaron a la Constitución “después de un levantamiento armado; la reforma de 2024 se logró sin tomar una calle, sin tomar una oficina. Es producto de la transformación profunda que se vive en nuestro país”.

Desde el corazón del país, el ministro pidió a los legisladores que aprueben la Ley General de Derecho de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos que está en curso. “No tengo ninguna duda que nuestro país, nuestros legisladores, nuestros diputados, nuestros senadores, estarán a la altura de emitir una legislación de esta naturaleza”.

Agregó: “Al recibir el Bastón de Mando, también protestamos frente al pueblo, también nos comprometemos frente al pueblo. Hoy entonces, no solo vamos a comprometernos frente a la Constitución y a la ley, fundamentalmente, nos comprometemos frente a ustedes, que habremos de conducirnos con rectitud y vamos a poner,  hasta el límite de nuestras capacidades todo nuestro esfuerzo para lograr una justicia real y verdadera”.

Después de la toma de protesta popular frente al pueblo, las ministras y los ministros acudieron al Senado de la República a tomar la protesta constitucional y de ahí, a recibir las constancia que los avala como jueces del tribunal constitucional.

Entre los consejeros y consejeras indígenas se encontraba la coordinadora general propietaria con funciones de síndica procuradora del H. Concejo Municipal Comunitario de Ayutla de los Libres, Guerrero, Inés Gatica Dircio, del pueblo me’phàà, quien porta el bastón de mando que le entregaron en su municipio cuando tomó posesión hace un año.

Ella y otros coordinadores vienen de un proceso de elección por sistemas normativo de derechos de los pueblos y comunidades indígenas.

Las consejeras y los consejeros que llegaron a la toma de protesta popular son autoridades electas en las asambleas como agentes, comisarios, presidentes municipales. Además de cargos civiles también llegaron consejeras y consejeros tradicionales. 

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